martes, 2 de octubre de 2012

La señal sigue en el aire.

Su nombre es Rolando, tiene 73 años y vive en la comunidad La Avispa del municipio granmense de Pilón. Ha sido campesino durante toda su vida y, según cuenta, sus únicos entretenimientos llegan mediante la radio y la televisión.


Es por eso que este lunes primero de octubre ha estado muy pendiente del camino, quiere saber si va a pasar la camioneta blanca y roja donde viaja el técnico, “es el que revisa los trasmisores de la antena, la que repusieron en El Mamey”, precisa el guajiro con visible alegría en el rostro mientras comenta que “hoy es el día de esos muchachos, los que pusieron otra vez a funcionar los radios y los televisores de la zona, y le tengo preparado un buchito de café, ellos trajeron la alegría al barrio otra vez”.

Y el viejo Rolando está muy acertado. A él no le hace falta saber que “esos muchachos” como les llama, trabajan en la Empresa de Radiocomunicación y Difusión de Cuba, conocida como Radiocuba, pero sí reconoce su labor de mantener vivas las transmisiones radiotelevisivas dentro y hacia el exterior del país.

En el 2005, la vida de Rolando se entristeció y “se sintió aislado del mundo, el Dennis se llevó la antena del Mamey y eso cambió nuestras vidas”, confiesa el campesino y se refiere a los cerca de 120 mil granmenses que habitan en comunidades cubanas de Media Luna, Niquero y Pilón, que llegaron casi a la categoría de zonas de silencio.

Finalmente, a inicios de este año, los trabajadores de la División de Radiocuba, en la suroriental provincia de Granma, lograron poner en funcionamiento la torre de transmisión en la loma de El Mamey, a más de 500 metros sobre el nivel del mar, que posibilita la recepción de la señal televisiva en toda el área costera y serrana del territorio.

“Gracias a esos muchachos ya podemos ver 4 canales de la televisión nacional y con tremenda calidad”, comenta el viejo Rolando sin apartar la vista del camino mientras asegura que “no le quitan el ojo de encima, tienen eso allá arriba como si fuera una niña linda, es una tacita de oro”

Y es que los trabajadores de la División Granma de Radiocuba se encargan además del mantenimiento de sus instalaciones, de los transmisores, que ahora son satelitales, de la vitalidad de las comunicaciones con los equipos electrógenos y de la protección de esa tecnología.

Este primero de octubre sería, para la mayoría, un día más del calendario, pero para Rolando y los demás que recuperaron la posibilidad de disfrutar de la televisión nacional en Granma, fue el día para felicitar a quienes lo hicieron posible: los técnicos e ingenieros de Radiocuba.

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